El comienzo de un nuevo día era marcado por el sol que poco a poco hacía
su aparición en el cielo algo nublado de aquella mañana, mientras que la joven
Redbird se había levantado temprano debido a que era día de semana y debía
asistir a clases, no se podía decir lo mismo de Payton y Greis, la última no
había logrado conciliar el sueño fácilmente debido a que lo ocurrido el día
anterior no dejaba de rondar por su cabeza, en especial las últimas palabras
que habían sido dirigidas hacia ella… “estamos por verla”, aquello la
intimidaba bastante ¿qué podría mostrar ella? Roberts tenía las artes marciales,
la lucha cuerpo a cuerpo y Cheryl su habilidad con las armas, pero… ¿Qué había
de ella? ¿Qué le harían hacer? ¿Cuál sería su talento o su trabajo dentro de
esta organización a la cual la habían metido a la fuerza? Fueron horas de
pensar y pensar hasta que finalmente el cansancio pudo más y se durmió
alrededor de las 4 de la madrugada, en cambio sus compañeras, amigas y confidentes,
en cuanto se encontraron en sus camas debieron luchar un poco por no caer
presas del sueño en el instante y es que el cansancio tanto físico, como mental
de la situación les estaba pasando la cuenta.
Cheryl se dirigió a clases, trato de hacer su día lo más normal posible,
pero aún así no lograba concentrarse del todo y era lógico, ya que a ella
también la acosaban un montón de preguntas, se cuestionaba que sería de ella
ahora, cómo esto cambiaría su vida actual y en especial como afectaría su
futuro.
- Señorita Redbird –le llamó la atención una de sus maestras- sería tan
amable de volver a la realidad y darme el resultado de este ejercicio –finalizó
señalando la pizarra en la cual podía ver una cadena de carbonos e hidrógenos,
la cual se quedó analizando unos minutos pensando qué es lo que debería hacer
hasta darse cuenta que simplemente se trataba de nomenclatura.
- 2-metil-1,3-butadieno –respondió no muy segura.
- Por favor háganos el favor de no volver a perderse en sus pensamientos
y manténgase pendiente de la clase –fue la respuesta que la profesora le dio, a
lo que la joven respondió con un leve asentimiento de su cabeza.
Y de esta forma mientras el día escolar de Cheryl continuaba el de
Payton recién estaba comenzando, se levanto con una extraña sensación, mientras
más pensaba y le daba vuelta a sus recuerdos más pensaba que había sido un loco
y estúpido sueño, tan así que terminó convencida de que nada había sido real,
tan solo un invento de su sub-consiente. Por lo que decidió darse una ducha, tomar
una taza de café, acompañarla con un sándwich y partir camino a su amado
gimnasio, claro que en este se encontraba una pequeña sorpresa esperándola.
Al cruzar las puertas de aquel recinto se encontraba tan ida que apenas y
se dio cuenta de que no se encontraba sola, hasta que el muchacho que estaba en
el lugar hizo notar su presencia a la joven al aclararse la garganta para
hablar, a lo que la muchacha respondió dándose la vuelta buscando al
responsable de aquel sonido, hasta que lo encontró, entre las sombras al otro
lado del gimnasio.
- Oh, lo siento… no esperaba que hubiera alguien más, normalmente está
vacío –comenzó a disculparse la joven dispuesta a marcharse y volver más tarde
o quizá otro día.
- Payton querida, lamento informarte que esos días terminaron –respondió
aquel chico a la vez que salía lentamente de entre las sombras, refiriéndose al
encontrar aquel gimnasio vacío.
- ¿Quién eres y por qué sabes mi nombre?
- ¿Es que te olvidaste tan rápidamente de mi? Nos conocimos anoche ¿lo
recuerdas? Soy Chris, tu nuevo tutor –finalizó haciendo un gesto con su cabeza
a modo de saludo.
Y de esta forma la verdad golpeó a la joven Roberts como un balde de
agua fría en pleno invierno y es que nada de lo que había pensado un sueño
había sido así, realmente las habían secuestrado dos veces en una noche, en
realidad le habían hecho una prueba y finalmente… ella SI formaba parte de la
mafia ahora, comenzó a examinar a su acompañante y definitivamente era a quien
habían designado la noche anterior para ayudarla a entrenar, mejorar su técnica
y aprender cosas nuevas, era aquel muchacho al que habían nombrado su tutor
pasando a llevar las opiniones de que la persona más adecuada para el trabajo
era Nathan a la vez que pedían que este último se quedara exento de esta
situación o al menos del entrenamiento de esta muchacha.
- ¿Qué haces acá? –pregunto Payton.
- ¿No es obvio? Vengo a ayudarte con tu entrenamiento, llevo un rato acá
revisando el equipamiento de este lugar y definitivamente no es suficiente para
lo que tengo en mente practicar y enseñarte, así que si eres tan amable de
acompañarme.
- ¿A dónde?
- Payton, por lo que pude notar anoche eres una chica muy buena para
preguntar y que no se deja pasar a llevar tan fácilmente, pero si vas a estar
dentro de esto debes aprender a preguntar menos y obedecer más.
- En ningún momento pedí ser parte de esto, ustedes fueron quienes nos
incluyeron en todo sin siquiera preguntarnos.
- Si les hubiéramos preguntado probablemente hubieran dicho que no…
además no es como si pudieran negociar mucho con la mafia –respondió Chris
riendo- ahora, como dije anteriormente, si fueras tan amable de seguirme.
- Y yo reitero… ¿A dónde vamos?
- Eres testaruda… me agrada, ven conmigo, nos iremos a un gimnasio mejor
equipado y más adecuado para tu entrenamiento –respondió finalmente.
Y de esta manera finalmente Roberts accedió a seguir a su nuevo tutor
hacia la calle en donde los esperaba un auto negro con el motor en marcha listo
para partir. Sin nada que poder hacer la chica simplemente subió al vehículo
mientras que Chris le arrebataba su bolso con ropa de cambio y otras cosas de
las manos y la metía al portaequipaje junto al bolso que el mismo llevaba,
probablemente con lo mismo, para luego sentarse a su lado, hacer una seña al
que se encontraba frente al volante y partir rumbo a su nuevo lugar de
entrenamiento.
Mientras todo esto pasaba la joven Wright seguía envuelta en las redes
de Morfeo tratando de recuperar el sueño que había perdido al quedarse pensando
hasta tan altas horas de la noche, pero pronto el hambre fue más grande que el
sueño provocando que la castaña despertara de su sueño algo atontada, aunque
tampoco era tan tarde, eran recién las 11.30 de la mañana por lo que había
dormido tranquilamente unas siete horas que si bien no eran las 8 mínimas
necesarias era suficiente para ella, pero en cuanto vio la hora en el reloj de
su celular se sobresaltó, ya estaba tarde para su turno en el trabajo debía
estar allá hace 30 minutos, lo cual sumando el tiempo gastado en el trayecto
desde su hogar hasta su lugar de trabajo significaba que estaba tarde en al
menos una hora y eso sin contar que aún se encontraba en pijama, por lo que se
apresuró en cambiarse ropa y salió de su casa sin siquiera preocuparse de tomar
algo para comer en el camino, pero toda la prisa que llevaba se vio
interrumpida en cuanto cerró la puerta de su casa y vio estacionado un auto
justo frente a su casa, un hermoso y lujoso auto de color negro en el cual un
hombre se encontraba recostado, lo reconoció en el instante, se trataba de
Thomas el chico que la entrenaría y ayudaría a encontrar algo en lo que fuera
buena.
- Tardaste bastante en salir –dijo el moreno con una sonrisa en su
rostro.
- Lo siento, me quedaría a charlar pero voy tarde a mi trabajo –respondió
Greis tratando de esquivarlo.
- Ya no más… renunciaste a tu empleo.
- ¿¡Qué!? Yo no hice nada de eso –respondió algo alterada.
- Tu directamente no, pero si vas a trabajar conmigo necesitarás más
tiempo que el que disponías, eso sin añadir que lo tuyo será todo un reto,
deberé enseñarte un montón de cosas para ver con cual de todas tienes más
afinidad y facilidad.
- No, tu no entiendes… con el sueldo de ese trabajo yo me mantengo, sin
eso no puedo mantener mi casa, no puedo pagar mis cuentas ni mucho menos
mantenerme a mí.
- Al parecer tu eres la que no entiende, ahora eres parte de la mafia
Wright –dijo Thomas cambiando su tono por uno un poco más serio-, lo que
significa que si haces lo que te ordenan y complaces al jefe puedes ganar
suficiente como para mantener tres casas como estas con cinco habitantes en
cada una, así que basta de reclamos y excusas baratas y sube al auto que hay
trabajo que hacer.
- Debes estar de broma.
- ¿Te parece que bromeo? –añadió lanzándole una mirada que dejaba en claro
que hablaba en serio y que estaba comenzando a perder la paciencia, por lo que
sin decir nada más decidió subir al auto ubicándose en el asiento trasero
mientras que Thomas lo rodeaba para subir en el asiento del conductor y
emprender la marcha a quien sabe dónde, pero en cuanto encendió el motor el
estómago de Greis delató el hecho de no haber desayunado, por lo que Thomas le
lanzó una mirada a través del espejo retrovisor- ¿Hambrienta? –dijo recuperando
su tono tranquilo y simpático.
- Si, algo –admitió a la vez que el rubor subía a sus mejillas.
- Entonces creo que haremos una escala en nuestro trayecto, compramos un
par de hamburguesas y luego… ¡a trabajar! –Dijo riendo- y es que no se puede
pensar bien con el estómago vacío.
- Gracias –soltó la joven Wright en un susurro.
Mientras el entrenamiento comenzaba para las dos mayores la joven
Redbird aún debía soportar un par de horas más de clases, o al menos eso era lo
que ella pensaba ya que durante el receso anterior a la hora de almuerzo el
inspector se acercó a ella para comunicarle que la había venido a retirar, la
chica algo sorprendida preguntó inmediatamente quien era la persona que había
firmado la autorización que le permitiría eximirse del resto de las clases del
día y marcharse a su hogar a lo que le respondieron simplemente ‘tu tío’, la
chica aún confundida ordenó sus cosas y se marchó para encontrarse a Kenneth
esperándola en la recepción.
- Al fin llegas querida, es hora de marcharnos o llegaremos tarde –le
dijo mientras la guiaba fuera del recinto mientras le dirigía una sonrisa a la
secretaria presente.
- ¿De qué se trata esto? –preguntó Cheryl al encontrarse ya fuera de la
mirada de cualquier funcionario del colegio.
- Entrenamiento –respondió cortante su acompañante.
- Espera… es decir que me retiraron de clases, ¿perderé al menos unas
cuatro horas de clases y so solo porque a ustedes se les ocurre programar un
entrenamiento?
- Corrección, no se nos ocurrió, se le ocurrió al señor Fitzroy –el solo
oír su nombre hizo que la furia mezclada con confusión se calmara en el
interior de la joven.
- Y… ¿esto será todos los días? Porque si es así terminaré repitiendo el
año, un lujo que no me puedo dar… estoy comenzando con los exámenes finales.
- Claro que no, no sabemos cada cuanto será, pero no te retrasarás en
tus clases, de eso puedes estar segura, además de que estamos al tanto de tus
pruebas, es por eso que esperamos hasta esta hora para retirarte, ya que el
señor Fitzroy exigió que el día de hoy a ustedes de les diera un entrenamiento
inicial para ponerlas al día de todo lo que será esto –comenzó a explicar aquel
alto hombre de oscuros rizos-, quiere que conozcan los lugares en los que se
entrenaran, quiere que se familiaricen un poco con el nuevo entorno.
- ¿Se familiaricen? ¿Plural? –preguntó
- Claro, tus amiguitas también fueron abordadas estas mañanas por sus
respectivos tutores –le aclaró Kenneth- ahora basta de charlas, se nos hace
tarde, así que sube al auto –finalizó la charla abriéndole la puerta de un
hermoso y lujoso auto color negro al cual la colegiala subió sin decir más
nada, resignada ya a poder hacer cualquier acotación o reclamo por miedo a las
repercusiones que sus palabras pudieran tener, aún recordaba como David Fitzroy
había reaccionado el día anterior simplemente por unas opiniones y sugerencias
de algunos de sus hombres.